La pintura al pastel es un medio empleado desde hace siglos. Actualmente parece que está habiendo un resurgimiento de esta técnica, pues se emplea, entre otras cosas, para hacer retratos de personas y mascotas. 

Debido a la gran proporción de pigmento que contiene, sus colores alcanzan unas cotas de luminosidad e intensidad incomparables. Asimismo, la untuosidad de su textura permite que se adapte perfectamente a los designios del artista. Además, su uso resulta extremadamente cómodo, puesto que no requiere paleta, pinceles ni sustancias diluyentes.

El hecho de que el pastel sea una técnica seca proporciona al pintor la ventaja de la rapidez, ya que no se ve obligado a esperar a que la pintura se seque para aplicar nuevas capas encima.

Esta pintura, además, es muy versátil. Permite pintar con finas líneas superpuestas, hacer veladuras, trabajar con empaste y colores saturados. También se puede mezclar, superponer y difuminar.

Existen diversas formas y materiales a la hora de trabajar con pastel:

PASTEL SECO

El pastel seco es, probablemente, el tipo de pastel más empleado. Existe en los siguientes formatos: en barra, en lápiz o en pastilla. En Figuerola Belles Arts recomendamos, por su indiscutible calidad, las siguientes marcas:

De pastel seco en barra, los Rembrandt y los Sennelier.

De pastel seco en lápiz, los Carbothello (que, dicho sea de paso, son acuarelables).

De pastel seco en pastilla, los Panpastel.

Para trabajar con el pastel seco se pueden usar multitud de herramientas: las yemas de los dedos, bastoncillos de orejas, difuminos, pinceles... Sin embargo, las mejores son, con diferencia, las espátulas con esponja en la punta de Panpastel.

PASTEL AL ÓLEO

El pastel al óleo fue inventado por el mismísimo Pablo Picasso. Es extremadamente cubriente y sus colores poseen una gran vivacidad. Se pueden diluir con esencia de trementina rectificada.

En Figuerola Belles Arts recomendamos el de la marca Sennelier, pues utiliza pigmentos de primera calidad, un aglutinante sintético muy puro y cera natural, o los Neopastel de Caran d'Ache.